miércoles, 22 de abril de 2009

Alimento inspirador



La música, el alimento, 
tan nutritivo y abundante, 
tan alucinante, 
tan necesitado en soledad, 
en compañía mucho mas.


Que Haría yo sin Joaquín,
que pega en cada clavo,
o sin Andrés, que hace todo al revez
pero sus letras son de interés,
Enrique, que hace de todo y todo lo canta,
que abraza lo que nadie quiere abrazar,
que a todos les da miedo cantar.


Del paisano Ricardo, que por lo menos un par
te dejan en algo que pensar,
los maestros de la trova, Silvio, Pablo, Facundo,
que te dejan un mensaje tan profundo,
Mercedes, Aute, Fernando, Jara, 
y la trova vemos que no para.


De la mas odiada Amaral, al mas querido beatle,
Lennon que si no fuera por Dylan, que diría,
Y sin Pedro, José Alfredo, Armando Manzanero,
que de rancheras también hablamos de tango,
Discepolo, Salvatore, Cadicamo.


También me deslumbran los alegres pero profundos,
Fabulosos, Malacates, Kapanga y la Maldita,
El inspector, tornando todo como una fiesta al espectador.


Que haríamos sin los tríos, lo de una época muy atrás,
sin los Tres Reyes, o los Ases, o los panchos,
que salir de una cantina con los pantalones anchos
era lo mas fácil después de ponerse en pie.


Del siempre recordado de Carlos Puebla,
del nada mas de Atahualpa,
de los Godoy a Leonard Cohen, 
pobre la gente que no los oyen,
José Luis, Napoleón, Nino y Leo Dan,
porque hay que beber la copa que nos dan,
en fin que haríamos nosotros sin escuchar?